19.2.06

Cuando uno llega a Potosí vislumbra aires coloniales en todo su apogeo. La arquitectura de esa ciudad del altiplano es un fiel reflejo de la conquista dado que es la reproducción de una ciudad española del siglo XVI, caracterizada por tener una iglesia cada dos cuadras. Está situada en las planicies de la Cordillera Oriental de los Andes, con una altura de unos 4.000 metros. Su clima, seco y frío, hace que esta ciudad se vea durante casi todo el año resplandeciente, luminosa, con un cielo azul, transparente, sin nubes, con el fondo del imponente "Cerro Rico".
Una de las cosas que más me llamó la atención es que hay una interesante cantidad de restaurantes. Uno muy interesante es La Manzana Mágica, a una cuadra de la plaza central. Su "pasta tailandesa", o spaghettis con salsa de vegetales, es deliciosa, y cuesta un dólar y medio. También es interesante el Sumaj Orcko, a una cuadra y media de la plaza; el picante de pollo está muy bueno, pero es bastante hot. La gran mayoría de los argentinos no podrían comerlos, gracias a tener una tradición culinaria que ignora por completo el uso de los picantes, con pocas excepciones.

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