3.11.06

Nostalgias de mi niño

" Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones." "A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: "¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?" Pero en cambio preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Solamente con estos detalles creen conocerle."

El principito

Estas simples palabras, plasmadas por el niño interior de una persona, me recuerdan a mi niño, al que tantas veces dejo extraviado en el camino, al que me cuesta reconocer entre los rencores, durezas y corazas que he ido construyendo a lo largo de los años. Aquel niño perdido entre las penumbras de los miedos que tenemos los adultos de darnos por completo para no correr el riesgo de parecer ridículos.

Pensamos que cuanto más serios, solemnes y responsables parezcamos mucho más respetables seremos en este mundo del revés en el que se desprecia la honestidad y se recompensa la falta de escrúpulos y el canibalismo, sociedad en la que son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo.

El mundo del revés, diría Galeano nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y asesina lentamente nuestro lado más niño. Con cada dolor que nos acuchilla el espíritu cerramos un poquitito más el alma y nos olvidamos de decir, ¿te quiero hasta el cielo sabias?. Nos cortamos las alas y las reemplazamos por estacas, para que la plantita que llevamos dentro no se vea en riesgo de confrontar con la fuerza del viento y salirse del lugar en el cual se encuentra plantada...

Ecos fue un gran detonante para que redescubriera el lado más puro de mis entrañas, Ecos me sumergió en muchas pequeñas almitas y en más de una oportunidad encontré mi vocecita chiquita y el recuerdo de mi rostro pequeño surcado de lagrimas por ver a aquella gata, que yo tanto quería, entregarse a la muerte por no poder parir a sus gatitos. Encotré mi infancia en muchos pares de ojos color brillantina y en muchas manitos unidas por la hermandad del mundo infantil, momento de la vida en el cual basta con jugar y usar la imaginación para SER FELICIES.

Ustedes changuitos, (como diría papá Julio) me ayudaron a darme cuenta que discapacitado es aquel que no es capaz de caminar esta vida amando sin fronteras ni condiciones. Ustedes me enseñaron que no es más fuerte el que oculta lo que siente sino que por el contrario, uno es profundamente querido por lo más esencial que se desprende del alma, aunque cueste creerlo...

Gracias chicos por gritarme con sus más espontáneos actos que mi niño pide a gritos libertad y que uno no deja de ser un enano porque crezca, sino que la inercia nos domina cuando menos lo pensamos y sin darnos cuenta caminamos esta vida sin saber para que y detrás de que corremos... Gracias por recordarme que con muy poco los ojos pueden brillar de alegría...

Mis palabras a los 8 años

DON ELEFANTE

Don Elefante cosecha trigo, con su carreta limpia el Baldío.

A Don elefante todos lo quieren y la mañana juega con el.

Don elefante que lo quieren tanto, ¿cómo se hace querer?.

Es que lo quieren por su collar, por su carreta o su umbral.

Perdón, me he equivocado, don Elefante es un buen animal y honrado...