Arequipa y las misteriosas líneas de Nazca
A nuestro regreso del Inca Trail partimos para Arequipa, la ciudad blanca, como la llaman. Allí uno encuentra aires más modernos que en Cusco, aunque el Monasterio de Santa Catalina y las catedrales que rodean la plaza de Armas también vislumbran aires coloniales.
El Cañón del Colca y el Volcán Misti son dos paraísos encantados en medio de la ambivalencia que esconde el desierto y la nieve esparcida e las alturas... Colca tiene el encanto propio de esos lugares en los que uno decidiría quedarse a vivir.
Su gente y los que allí trabajan también ayudan para que uno se sienta realmente cómodo, además de tener en cuenta que una vez que se llega al cañón uno duerme en chozas de caña y conoce lo que es vivir sin luz ni agua corriente, verdaderamente una experiencia imperdible...
Nazca es otro de esos lugares entrañables. Ubicado en pleno desierto, esta pequeña ciudad se encuentra en el departamento de Ica, ubicado a unas horas de Lima. En tal desierto, al sur de Ica y cerca de la ciudad de Nazca, se han encontrado unas líneas o surcos que han despertado la curiosidad de todos. Para incrementar la gravedad del caso, algunas de estas líneas forman figuras o jeroglíficos. Otras son rectas, varias de ellas originándose en un punto y prolongándose como si fueran rayos. Y otras forman inmensos rectángulos.
Pero lo más curioso de todo es que estas figuras y formas son tan grandes que desde la tierra no se pueden distinguir. Sólo son visibles desde una altura que se necesita un avión, helicóptero o globo de aire caliente para poder verlas en su totalidad. Lo cual ha dado lugar a todo tipo de opiniones, porque en el tiempo que se hicieron estas líneas no se habían inventado ninguno de estos aparatos. La opinión más aplaudida es que son de origen religioso, aunque también se han asociado mucho a los extraterrestres.
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